Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Voy a pronunciar muy pocas, Sres. Diputados, y éstas porque no puedo dejar que pase inadvertido el empeño del Sr. Muro de hacer creer que el Sr. Duque de Montpensier ha venido a España contra los consejos del Gobierno. No; lo que hay es que los consejos eran ya de todo punto estériles, y por esto el que los había dado los levantó; pero ya dije antes, en contestación a la pregunta del Sr. Muro, que, a pesar de eso, el Sr. Duque de Montpensier ha sido tan deferente con el Gobierno, que le escribió, en respuesta a la carta en que se le dejaba en completa libertad, preguntándole cuándo podía realizar el viaje, de qué manera debía realizarlo, sometiéndose, en una palabra, en cuanto al itinerario de aquél a lo que con él pudiera tener relación, a todo cuanto el Gobierno dispusiera. De manera que, lejos de hacer contra los consejos y contra las indicaciones del Gobierno su viaje el Sr. Duque de Montpensier, lo ha efectuado, por el contrario, sometiéndose por completo a los consejos e indicaciones del Gobierno. Que conste bien esto.

Y en cuanto a mi rectificación, está perfectamente definida en el ejemplo que yo puse a S.S., y que S.S. sin duda no ha entendido bien. Porque yo decía: si el Sr. Muro en vez de republicano fuera un amigo del Gobierno, que estuviese interesado en no crearle dificultades y hubiera manifestado el propósito de hacerle una interpelación, yo habría tenido el perfecto derecho de decirle: "Señor Muro, no haga Vd. esa interpelación, porque puede dar alas a los enemigos, porque ofrecerá pretexto a murmuraciones, y no conviene". Este derecho no me lo negará el señor Muro. Pero si S.S. accedía a no explanar la interpelación y venía otro Diputado a hacérmela, yo le diría al Sr. Muro: "Puesto que hay otro Diputado que piensa hacer la interpelación al Gobierno, ya no hay inconveniente en que se la haga S.S.". Pues esto es lo que ha pasado. Porque el Sr. Muro no me negará que el Sr. Duque de Montpensier, como individuo de la Familia Real, está interesado en que no se crean dificultades al Gobierno; y también reconocerá que a los Gobiernos se les crean muchas veces dificultades por el acto más inocente, según sean las circunstancias en que aquél se realice; y por esto, una reunión que puede verificarse sin obstáculo hoy, y mañana, y pasado, al día siguiente puede tener sus inconvenientes, sin embargo de ser el mismo el carácter, la misma la tendencia y los mismos los fines con que se celebre. Y esto es lo que ha pasado, y nada más.

¡Que el país no sabe nada! El país no tiene nada que saber, porque si el país tuviera que saber algo, el Gobierno sería el primero que se lo dijera. Por consiguiente, no se preocupe S.S. de esos misterios y de esas sombras que no existen, y que además no pueden existir; porque si alguien fuera tan insensato que lo intentara, se estrellaría contra la manera leal y honrada con que hoy se practica el sistema constitucional en España. He dicho. (Aprobación). [1713]